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July 08, 2022
El otro día se charló en un foro sobre la consola trucha que engañaba abuelas, y que nosotros nos dábamos cuenta. Hace poco se me dio por curiosear jugueterías y caí en cuenta en cómo mamamos juguete truchísimo durante toda la infancia.
Caigo en cuenta de que muchísimos Thundercats y Hemanes y GiJoes, Rambos, Pitufos, Tortugas y Simpsons que tuvimos, y que por ahí tenían la cara tenía una mueca extraña, o los accesorios no tenían un pedo que ver o las articulaciones estaban raras o que se rompían al toque, eran imitaciones truchas.
Obvio que nos chupaba un huevo. Y la diferencia de precio debía ser infinita, incluso en el 1 a 1. Me parece que tampoco estaban tan mal hechas.
Sobre todo los juguetes que no imitan personajes, que si lo pienso los aborrezco.
En cambio los autitos SIEMPRE ESTÁN BIEN, autito truchísimo y autito de colección: Dos autitos hermosos y los dos juegan juntos.
Y mis juguetes preferidos casi siempre fueron los que sirven para accesorio para uno mismo. Las pistolitas, las espaditas, los shurikensitos. Bueno, le recontramil pongo la firma en que la versión trucha de esos juguetes es mil veces mejor que las de marca.
Claramente lo que un niño de cualquier edad más quiere es llevar la espada más fantaseosa, imposible y estrafalaria posible. Mucho mejor que la réplica exacta de la espada del personajito de turno.
Obvio que alguna vez quisimos la espadita de Thundercats, o el sable láser de Star Wars o el cuchillito de Rambo. Pero si lo conieguís es un rato de "fua que copado" jugás un poco a ser un personaje y nunca más. Ya está más o menos definido para qué sirve, que hace y qué no hace.
Pero un sable chino con una forma que jamás sería útil y símbolos improvisados totalmente de la nada, eso es ILIMITADO, es fácil atribuirle historias, características y poderes distintos cada vez.
LAS AMETRALLADORITAS QUE TENÍAN UNA RUEDITA ADETNRO QUE SACABA CHISPAS COMO ENCENDEDOR, QUE MAGIA, seguramente era un incendio en potencia, pero sin dudas causó más alegrías que incendio. Aparte se sentía re piola el mecanismo andando, es como apretar un dínamo.
Y los robotitos a pilas, con colores metalizados DEL FUTURO y ruídos digitales inmundos, no servían para una bosta pero para mi eran una pieza de tecnología avanzadísima y se veían super elegantes.
Hoy paso por la juguetería y que montaña de imitaciones. Casi todas son truchadas muy feas de personajes de moda. Gokúes con pelos de colores que jamás tuvo, superhéroes con ametralladoras que jamás usarían, Pepapigs del inframundo.
Quizás se volvieron un poco más feos, pero estoy seguro de que no es algo nuevo, y no se ven tan distintas a las jugueterías de los 80.
Me contaron como funciona, al menos con la tecnología de genéricos: Alquilás un container, eso es lo único caro. Después por una inversión ínfima, tipo 100 dólares, alguien en china, o corea, o india, o rusia o algún país muy capo literalmente lo llena hasta el tope de mercadería surtida, sin elegir. Va todo por igual.
Cada juguetito vale centavos y se vende por casi mil pesos. Siempre se van a vender suficientes, no hay manera de perder.
Las que más lo sintieron fueron las chicas con las 'Barbies' que jamás fueron Barbie. La original para la mayoría es algo sagradísimo. Yo las veía a todas iguales hasta que me enseñaron la diferencia entre las caras, los pelos, las telas, los accesorios, todo. Pero siempre fueron muy caras, y la verdad ni se gastan en venderlas en muchos lados. Por ahí tienen un par en vidriera para no parecer tan decadentes las jugueterías. Pero quedó decir "las Barbies" a cualquier muñeca. Y no les dio la cara o no aprendieron a decir "Quiero Barbies pero de las de verdad".
Y a los varoncitos (Y más de una chica con gustos piolas) les cayó la ficha con los ZARPADOS muñecos de los Caballeros del Zodíaco originales que salieron cuando estuvo de moda. Lo que eran esos comuñes, por dio, eran más bien estatuas, venían en una caja enorme hermosa muy bien diseñada, y el muñeco traía una armadura de metal detalladísima hasta el último milímetro. Pero tipo un fileteado con relieve super delicado, se te salía el upite.
Nunca tuve uno porque ya estaba medio grande en esa época, pero a un compañero de clase media baja le compraron uno, así que tan caro no debía ser. Pero me parecía una cosa de tanta calidad que jamás me atreví a tocarlo en su casa. Si se me rompía iba a ser una angustia eterna.
Y al lado de eso las imitaciones quedaron incareteables. Medio lo que pasó con Playstation y PolyStation, podés maquillar todo pero los juegos no se van a parecer ni de chiste.
Pero con esos no daba miedo jugar y hacerlos mierda. Como juguetes servían.
Me parece que los juguetes finos no son para jugar, son para lucir y presumir.
Excepto las Tortugas Ninaja originales, las ponías boca arriba y las podías hacer girar sobre su caparazón. No las diseñaron para eso, pero que movimiento copado.